Sunday, July 22, 2007

19J?


Las portadas del pasado 19 de julio reflejaban en titulares el caos que se habia producido en Manhatan tras el estallido de una tubería de vapor. El motivo del estallido es menos espectacular que la posible segunda parte de un 11S en 2007. Menos novelesco aunque más saludable.

La deflagración, que tuvo lugar a las 18.00 hora local (00.00 hora peninsular española), ocasionó una gran humareda e hizo que la policía cortase el centro de la ciudad al tráfico. La localización concreta del accidente ha sido en la calle 41 de Manhattan, muy cerca de la estación Central de trenes. El incidente ha sido originado por el reventón de una tubería subterránea de vapor de los años 20, que ha estallado provocando un cráter de unos seis metros en la calle y una inmensa columna de vapor que bordeaba los edificios, recordando las imágenes de la polvareda que invadió la ciudad con el desplome de las Torres Gemelas tras el atentado del 11-S. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, ha afirmado en conferencia de prensa que la explosión, que ha causado un muerto, se debió a un fallo de las infraestructuras, pero "no a un ataque terrorista o criminal". Los hechos se produjeron en una hora punta en Manhattan y en una zona muy frecuentada por las miles de personas que acuden a diario a trabajar desde las localidades cercanas a Nueva York y del vecino estado de Connecticut.

Cuando a las doce de la madrugada escuché la noticia en la radio, he de reconocer que mi imaginación me dibujó un nuevo ataque hacia la ciudad de mis sueños. Parece que el señor Bush no se habría disgustado mucho si se hubiese confirmado que la explosión procedía de las manos de sus indeseables enemigos, los eternos terroristas talibanes, iraquíes y demás índoles todos bajo el denominador común de portar sangre musulmana. No ha tenido suerte, aunque quién sabe lo que realmente ocurrió en Mahattan. Quizá tiempo después se confirme que al igual que el hombre no ha pisado la Luna, también puede que las tuberías de los años 20 aun funcionen a la perfección. No obstante, me alegra pensar que un indeseable accidente nos ha salvado de una tragedia mayor, al menos esta vez no ha sido deseada la muerte, o eso parece. Mientras tanto, la suerte, una vez más, sorprende y reafirma nuestra incapacidad ante los hilos de la fortuna y nuestros destinos.

Wednesday, July 18, 2007

taxi!


Me llamas amor y yo pido un taxi. Algo así escribía el poeta, no sé si lo sentiría, lo cierto es que en estos tiempos que corren el verso se cumple como un endecasílabo perfecto garcilasiano. El trabajo más que nunca se alza como primer problema a los asuntos de cupido. Resulta muy injusto que en esta Europa tan “perfecta” encontrar un trabajo sea un asunto casi de cruzada medieval.
Hay que matizar, como en todo existen ciertos privilegiados, la gente de ciencias, los de siempre, esos cerebritos de calculadora en bolsillo y media docena de “bolis” almacenados entre sus enseres. Esos son esos quienes ganan la partida en el parchís laboral. Nosotros la gente de letras, mucho más flotantes y desinhibidos decidimos optar por la licenciatura del amor, la famosa vocación se alzó como primer valor y decidimos apostar por las lenguas muertas, la comunicación, la literatura y el arte. Ahora, el arte una vez más no sirve de alimento y como supuestos artistas en potencia o amantes de lo artístico sobrevivimos del incienso del sueño de poder llegar a vivirlo.
Una de las opciones más fantásticas para acceder al fabuloso puesto de profesor, única salida real para nosotros l@s filósof@s y filólog@s son las oposiciones y se han convertido en la lotería más desquiciante de este tiempo.
Andalucía es el paraíso de cualquier viandante y hasta los indecisos gallegos se presentan en nuestra tierra a probar suerte, y la prueban y se quedan. Todo el mundo quiere disfrutar de los cuarenta grados en el asfalto, de nuestras playas del Malaya y del polvo dorado de la maravillosa Cádiz, hasta nuestro pequeño desierto está despertando a la pubertad y los pretendientes le acechan en cada esquina. A la gente le gusta Andalucía para siempre y los andaluces y andaluzas empezamos a pensar que quizá seria más lógico que fuésemos nosotr@s quienes una vez más crucemos Sierra Morena para probar mejor suerte en comunidades menos pintorescas, tales como la aburrida Mancha, probar el estrés blanco de Madrid….
Parece que todo se presenta más fácil fuera de aquí, pero el término fácil nunca se correspondió precisamente con su significante. Todo resulta mucho más difícil. Tras decidir un destino lejos de casa, queda una vida a expensas de la vuelta y otra inminente mucho más lejos y vibrante de novedad…
Y ese es el dilema, vuelve la razón y el corazón. Creo que habrá much@s que me lean y entiendan cuál es el sentido de mis palabras. Coger el taxi o no es una decisión, como siempre, extremadamente difícil, porque qué eliges, ¿un posible flamante trabajo pero con una separación de unos posibles cinco años o un amor a quien besar apasionadamente cada segundo de tu existencia mientras recuentas los miles que forman como tú la lista de espera?… quizá no sea tan descabellado, una apuesta por nosotr@s, examinarse en Andalucía y arriesgar un par de años más a un posible parón en tu vida, aunque, cada día me pregunto si realmente debería considerar esa realidad como un parón o como una oportunidad. ¿Con qué nos quedamos? Es difícil si posees el referente del loco término del amor.
¿Cogemos el taxi?

Wednesday, July 11, 2007


Después de mucho mucho tiempo, ayer, a medio día, subí a lo más alto de la casa, la azotea hervía bajo el sol. Los tejados despoblados... La brisa desaparecida convertía la ciudad en un habismo fantasma de temperatura más de infierno que de castillo de miedo.
Tras observar el bochornoso medio día, decidí desnudarme ante la soledad rojiza de los tejados. Me recuerdo saltando durante unas horas tomando el sol empapada en agua, semidesnuda y saltando sin saber muy bien cómo ni por qué había acabado entre las tejas y tejados. Ahora las razones se someten a la fuerza de mis sentidos. He decido la simpleza de hacer lo que me plazca.
Pasada la media noche, tras volver de una cita con amigos, al llegar a casa y tras lavarme los dientes, me enfundé mi corrector dental. Al notar el plástico entre mi dentadura reparé en cuánto tiempo hacía que no lo usaba. Mientras mi lengua lo reconocía, mi mente intentaba entender por qué después de tanto tiempo había decidido enfundarme aquella funda de manera tan natural. Había empezado a recuperar hábitos perdidos. Las cigüeñas ya no se marchan a África pero yo he decidido retomar un pasado que quizá no estaba cerrado.
Por la noche, en la cama no podía dormir y dediqué mi tiempo en soledad para reconocer cuanto había cambiado mi vida en tan poco tiempo. Recordé como era todo para mí a tan sólo un año vista atrás. El pasado es poliédrico. Cada segundo lo hace único, memorable o motivo de angustia estomacal.
Recordar el julio del fatídico 2006 sigue produciéndome nauseas. Fueron días difíciles de entender. Habría necesitado un agujero donde vivir y no salir en algunos meses. Como no lo encontré, y las situaciones se apresuraban a sacarme de mi retiro voluntario, mi ahogo se refugió en el interior, se acomodó y casi pensó quedarse para siempre. Ha hecho falta casi un año para despedirlo definitivamente. Ahora parece que la luz dibuja el contexto de manera diferente. El calor es insoportable pero no me ahoga como antes, ahora no se me corta la respiración, es sólo cuestión de llevar tirantes. Las calles no son tan cerradas como las imaginaba, es sólo que se trata de un pueblo de interior… Mis ansias por desaparecer del mapa se diluyen en sonrisas de diario y se convierten en una vida feliz, mi vida. Mis planes se mantienen inalterables, al igual que mis sueños, pero no como la única llave a mi salvación porque no la necesito, ya estoy salvada, y he sido yo misma. Creo que cuando empecé a darme cuenta de que mi alegría estaba bajo cero, encontré la verdadera puerta hacia el cielo. Este julio se disfraza de feria quizá, de verano deseado sin duda, y de vida presente, fuera por fin de imaginados futuros inmediatos.

Tuesday, July 03, 2007

mi secreto



La poesía es la incertidumbre humana solidificada en letras de filosofía más o menos barata, maravillosas composiciones colmadas de flagrante irrealidad. El verso es el corsé que cuadricula los pasos del pensamiento queriendo forjar una realidad creíble en al menos algún sustento. Leer y releer los cortes perfectos del endecasílabo, saborear la mesura del soneto, el pensamiento perfecto… pero, ¿realmente existe lo perfecto? ¿Quién creó ese invento? ¿Cuál es el referente en el triángulo de ese significado tan correcto?
Aún no me parece que pueda dibujar un ser que cumpla aquel canon griego. Quizá sea verdad que la perfección como la felicidad sea cuestión de saber pensar, y como colofón va a resultar que la que algunos piensan que sea, esa estricta sabiduría, aquella aburrida respuesta a los placeres de la vida, esa estricta diosa de la sabiduría, la que mueve los hilos de las anheladas sonrisas.
Mi secreto se hunde entre los versos y las sonrisas de lo que conlleva una vida medio vivida
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