Monday, January 15, 2007

en la línea amarilla


"Un coche plateado, es un mini, es el tuyo" Con esta sentencia comenzó el jueves. Eran las ocho de la mañana. Colgué el teléfono, tras dejar un suspiro sin billete de vuelta en el auricular. No había duda, por los alrededores, no abundaban coches de este tipo, y, grises, sólo el mío. Me vestí a toda prisa y me duché con un barroco dramatismo que me acompañó toda la mañana. Recuerdo que subía calle arriba, a un grado de temperatura, y que el viento erizante de enero me rasgaba la cara acompañado de los dedos de mis sensibles lágrimas que se deslizaban por mis mejillas. Pensaba en mi exagerada y visible sensibilidad, mientras me acercaba a la comisaría de policía. Cuando crucé el pórtico, me encontré con un viejo policia destartalado que se interesó a la primera por mi visita. Cuando me disponía a exponerle mis asuntos, de nuevo me jugaron una mala pasada mis lágrimas de cocodrilo y empecé a llorar desconsoladamente. Y como por arte de magia, surgieron unos ojos desconocidos que me inspecccionaban curiosamente. En los poblados hay siempre motivos recurrentes como el folclore y l@s cotill@s . Son personajes secundarios que de manera voluntaria se ofrecen a formar parte de la película de tu vida, o del episodio que toque ese día. Surgen como un espectador gratuito, que a penas tienes que conquistar, se trata, simplemente, de una audiencia fácil. Y así, fácilmente, me encontré con un corner de expectadores improvisados que se preguntaban de manera absolutamente indiscreta cuál sería el motivo de mi desconsuelo. Incluso, un integrante del grupo me miraba con rostro compasivo, creo que hasta me cogió cariño. Llegó un momento cumbre en el que estuve a punto de perder los nervios y disolver con un grito de ira aquella comparsa de mirones, pero por suerte, el raciocinio volvió a mí y me entretuve en analizar al nuevo policeman que entraba en acción. Se trataba de un hombre joven pero cuya dentadura le jugaba una mala pasada. Los dientes delanteros estaban como limados por un uso indebido, parecía que hubiese tenido que sobrevivir partiendo cocos en la jungla... El tal oficial se mostró compasivo y me explicó amablemente, las razones de la retirada inminente. Resultó que un todoterreno tamaño XXL se aproximaba en ángulo recto a mi automovil y a pesar de la pequeñez de mi vólido, la exagerada y rústica máquina aún así, no podía circular, así que el dueño se dispuso a denunciar mi estacionamiento. A todo esto se une que el pequeño mini aún no estaba censado en el poblado, lo cual supuso que la policía no pudiese ponerse en contacto conmigo. Es en este momento cuando hace su aparición "Gruas Margarita". Este pueblo es tan especial que no cuenta con servicio de grua propio, así es que nos valemos de esta respetable empresa que nos hace el favor de retirar los coches a un precio que no tiene la misma gracia que la florecita de de su firma. Y Gruas Margarita se llevó el mini plateado.

El policía joven consideró que por el exagerado rubor de mis mejillas había llegado hasta la comisaría por mi propio pie, y que me encontraba tiritando de frío. Se ofrecía a llevarme al depósito en coche. Una y mil veces denegué la oferta. No sólo me quedaba sin coche, no sólo protagonicé un espectáculo lacrimógeno por todo lo alto y encima, de colofón me marcho en el coche de la policía. Mis expectadores se frotaban las manos, confirmando sus cabalas. Nadie podía pensar que mi drama procedía sólo de una grua. Así es que salí por mi propio pie de la comisaria, evitando un episodio más bochornoso aún: subirme llorando al coche de la poli con mi club de fans para contarlo y terminar de creerse que yo era una especie de delincuente.
Cortando el gélido frío de las nueve de la mañana recorría el camino al polvoriento depósito de coches del ayuntamiento. Allí recogí al verdadero protagonista de esta historia.
Cuando conducía camino a casa, no podía dejar de pensar en la pandilla de mirones que me habían acechado durante todas mis gestiones policiales, todo me había resultado tan cansado... tanto que empezaron a cerrárseme los ojos... y cuando creía que iba a protagonizar otro episodio en mi desastrosa carrera automovilística, un desagradable timbre me despertó esta vez, definitivamente. Las ocho de la mañana. Jueves. El despertador. Suena el teléfono. Mi madre grita de repente... ¡el coche! Y yo solo pude pensar: "¡espero que el mini aún siga en aquel trocito que estaba cerca del amarillo fluorescente!

5 comments:

Majo Caracuel said...

exclusivamente dedicado para el primer oyente de esta fingida historia, mas allá del auricular: el señor V:

Anonymous said...

Majo, no sufras, yo siempre querré que me conduzcas sólo tú. No importa donde me aparques allí estaré esperando, aun cuando esté tuerto;) y gélido, esperaré ansioso la llegada de mi dulce dueña.

Anonymous said...

El "boby" del paseo de la Victoria hubiese dado dinero por estar contigo en momentos tan duros como este.

¡Hay que ver qué mala pipa tienen los dueños de los todoterrenos XXL! Aunque..espera un momento...¡pero si yo soy una de ellos! Lo retiro, lo retiro.

Por cierto, rompo nuestra amistad, no quiero que me relacionen con ex-convictos.Aunque, nuevamente, bien pensado...me hace ilusión ir a verte a la cárcel y llevarte crema hidratante. ¿Me presentas a Roca y Julián Muñóz, no? TRanqui que en Doce Vita sólo diré la verdad. Creo.

Lo que no te pase a ti Rubiota mia!!

Anonymous said...

¿Has abierto ya tu correo? Ponte a ello.
Por cierto, espero anhelante un suculento artículo sobre tu visita a los Madriles.
Un beso

Anonymous said...

Holaaaaa!!!! Majo que mal tu experiencia ilegal, qué es eso de aparcar en zona amarila??? Ay , ay!!!
Bueno cambiando de tema, qué tal estais todas?? Llevo un tiempo dsconectada pq por fin encontré trabajo!!!
Harta de que el ordenador se niegue a inscribir mi nombre en las ansiosas listas de la grandiosa Comunidad de Madrid, pues ha llegado Oxford y ha decidido acogerme muy amablemente en su plantilla.
Estoy en la oficina de Granada, de momento, pero pronto me destinarán a mi provincia.

Majo, continua con tu labor periodística que es impresionante.
Memo, estoy esperando confirmación para presentarme en Ciudad Real, que ya tengo coche.
Deke, suerte mi niña con la operación, y tú ahí como siempre fuerte y positiva, si puedo nos vemos este finde.
A as demás espero que esteis geniales.

Para todas y todos mil bsos. Úrsula.