Saturday, January 06, 2007

El día 32


Abusando del fabuloso Ramón, surge mi regalo al recién inaugurado 2007. Para vosotr@s, un trocito de su cuento "EPÍLOGO AL LIBRO. El día 32" (publicado en Cuentos de fin de año, librería CLAN, Madrid 1947):


"Cuando me dí cuenta de la existencia del día 32 fue un año en que el día 1º del año siguiente se me presentó una amiga de una prima mía con la que cené el día 31 de aquel diciembre.- Chulillo mío -me dijo-, qué día el de ayer!Yo me quedé sorprendido, sin saber lo que significaba aquello.Me acordaba de que el día último del año había cenado en casa de mis tíos y había acompañado a aquella joven al domicilio, cuya dirección ella misma me dió.No me acordaba de haber estado calamocano ni de propasarme.Acepté aquel idilio, y cuando la oía hablar del día que pasamos juntos entre las gasas del balcón, lleno de cortinajes transparentes y con algo de nido, sospeché la existencia de ese día 32.Claro que salí con ella otro día 32 del año siguiente, aprovechando que ese día nadie se acuerda de lo que sucedió. Como sucede invisiblemente, se puede tener una despedida invisible.(...)¿Que cómo se entra en el día 32?Ese es mi invento.Yo tengo un biombo de cuatro hojas amplias y altas y en una de ellas he abierto una puertecita.¡Qué cuestión tuve con mi mujer cuando encargué esa puertecita de escape!- Prefiero que llames a tu amigo el psiquiatra y que me interne por fin en un manicomio a que hagas una puerta en ese biombo.Al fin la convencí, y por esa puerta, en la hoja segunda del biombo, me escapo cuando suenan las doce de la noche del día 31 y me sumerjo en el 32. Ella no recobra el conocimiento hasta que llega el que ella cree que es el día siguiente, y es el subsiguiente."
Ramón Gómez de la Serna.

Los clásicos inventaron la "imitatio" y esta humilde filóloga hoy, un día más, les da la razón. Recrearse en los maestros no es tarea nueva, lo que resulta más dificil es conseguir el calco, no obstante, volver los ojos a la perfección siempre he creído que era una tarea cuanto menos muy interesante, y algo más, inteligente. Creo que nada más delicioso que estas pinceladas de inteligencia ramonianas para describir mi recién inaugurado estado. El 2006 se agotó por suerte, y vestida de dorado de pies a cabeza di la bienvenida a este 2007 que me resulta inexplicablemente apetecible. Hacía tiempo que no tenía tantas ganas de vivir. Me apetece empezar a experimentar todos mis sueños, hacerlos realidad, a mis veinticinco años es el mejor momento de sonreir definitivamente a la vida. Este 31 de diciembre ha sido extraño y agradablemente sorpresivo. Nada de nerviosismo escondido tras los velos de los agotadores festejos navideños, ni una sola sonrisa fingida entre dorados y rojos, miradas realmente ilusionadas, esperanzadas, como el verde exquisito del siempre abeto navideño. Quizá este 2006 se haya vestido de gala para regalarme un fin de fiesta, al menos, a la altura de una damisela un tanto despistada de la chispa de la vida. Y así fue cuando por fin desapareció el cristal opaco que cegaba mis pupilas desde hacía unos meses que se estaban apoderando de un adjetivo peligroso, el apabullante "eterno". Despedí mi maltratado y semi crónico estado mental para ser bañada de un velo de menta. Ese es el tono de mi puntero sentimiento. El rastro intenso y frío que la menta deposita en nuestras olfativas narices, un empujón de energía, de desayuno y ducha fría, de día recién inaugurado, de vida en el puesto de salida. Producto de mi íntimo viaje, durante el invisible día 32. Justo a la salida de la puerta segunda de un biombo fabricado en el desván de mis apasionados secretos, cuando pisé la realidad de este impar y querídisimo año acabado en siete, entendí que la alegría quizá esté en otro lugar en el que nunca se me ocurrió buscar, se trata de otra virtud, algo que casi había olvidado en el diario monótono de mi vida de sentimientos derrochados a ras del suelo... y la encontré. La paciencia. El arma que te ayudará a combatir los trescientos sesenta y cinco días que no son, todavía, 32.

3 comments:

Anonymous said...

Espero que en este año su cumplan tus sueños. Es bueno tener paciencia, tu la tienes cada dia.
Creo que eres capaz de escaparte a tu dia 32 y mientras tanto nos transportas a todos.
Poco a poco va tomando forma tu nevulosa eterna a finita.

Anonymous said...

el día 32 es la magia de saberse tocado por la felicidad

Anonymous said...

Yo también crucé el biombo la noche del 31 de diciembre. Un día 32 de dorados fabulosos, de rojos carmines, de flequillos deliciosamente calculados, de encuentros fortuitos y provocados, de despedidas. La magia de sentir que la felicidad a veces está en otra parte, o mejor, en otro tiempo, de lunas llenas sobre iglesias, de soles siempre poniéndose en el horizonte de nuestras esperanzas.